Amigos de Yachana-huasi

Visité este instituto en varias ocasiones durante mi estadía para hacer una evaluación de la situación y de las necesidades, y para compartir jornadas de trabajo con los niños y con las voluntarias que me acompañaban, así como con los voluntarios locales que tan amablemente apoyaron (veterinario, domador de caballos, ingeniero eléctrico, herrero).

· Si bien es cierto es un instituto que viene funcionando durante varios años, pude constatar que mucho era improvisado (equipo de fisio, instalaciones) pero sin embargo sacaban adelante la labor con empuje y entusiasmo.

· Hipoterapia: pudimos trabajar varios días con la voluntaria experta en equitación, con el veterinario, con el herrero, con el domador de caballos, y con los adolecentes “especiales” que ahora colaboraban con el instructor/terapista.

· El veterinario es un profesional sumamente amable y sensible a los temas humanitarios, y presta sus servicios profesionales periódicamente (a pesar de no ser experto en caballos) y gratuitamente.

· Con su ayuda, contactamos a un herrero para que arregle los cascos de las yeguas y a un domador para que adiestre a las yeguas al contacto con los niños.

· Visité al Gerente Administrativo de “Bioalimentar” (una empresa de alimentos balanceados y de producción de huevos al por mayor). Se demostraron muy receptivos ante la propuesta de mi parte de apoyar al Instituto con balanceados para los caballitos y con huevos para la alimentación de los niños.

· Equipo informático: tenían 4 computadoras en inventario pero fuera de uso por problemas técnicos.

· Durante mi estadía, recibieron una donación de 10 computadoras que dieron de baja en una institución. Lógicamente las tenían aún que probar para controlar su funcionamiento.

· Con la instalación del área de hidroterapia (la piscina y el sistema de calentamiento del agua), sistema hecho un poco a la ligera (ese es el problema que pude constatar, tienen todo pero muy improvisado, es allí donde necesitan mayor apoyo), lógicamente la corriente eléctrica no era suficiente para el buen uso de las computadoras (aquí el principal problema técnico).

· Conseguí consultoría técnica de un Ingeniero eléctrico quien visitó la institución y tomó nota del problema; contamos con su ayuda lo antes posible para resolver el asunto instalaciones (que habían sido hechos sin mucha competencia técnica o con pocos recursos, como muchas cosas en nuestro país).

· Estoy en contacto con la Directora para dar seguimiento a todas las recomendaciones hechas en mi visita, entre ellas el asunto de probar el buen funcionamiento de las 10 computadoras en donación. Me informó que 8 o 9 están bien.

· Yo en todo caso les ofrecí gestionar unos 5 portátiles en un futuro próximo o lejano J (iniciaré la solicitud con Labdoo) para tener una reserva de computadoras en buen funcionamiento (las donaciones muchas veces son chatarra, pero mientras funcionen, no nos podemos quejar).

· Profesor de computación: Tenían un instructor en informática (estudiante en pasantía) que les habían asignado de una Universidad local.

· Internet: lo van a poner, dado que no tenían un programa bien estructurado ni equipo funcionante no podían permitirse este gasto. Pero el plan es poner en marcha el laboratorio de informática a más tardar en septiembre, cuando inicie el nuevo año escolar. Pero el tiempo pasa muy rápido, así que no podemos descuidarnos.

· Seguimiento: resolver el problema técnico de las instalaciones eléctricas para que puedan abastecer la corriente eléctrica (al momento hacían turnos, mientras se usaba la piscina no se usaban los computadores y vice-versa). Una vez que todo el equipo esté en uso, necesitarán más energía. El Ing. eléctrico dijo que se podía resolver, espero que podamos contar con su apoyo lo antes posible.

· Sería muy oportuno material didáctico. Tenemos que ayudarles a mejorar su nivel de capacitación (“capacitación de capacitadores”), no sólo con material sino también con cursos de actualización para el personal docente y los terapistas. En este tema, ya tomé contacto con una institución en Quito para que puedan apoyar con seminarios o con cursos individuales.

· Entrevisté al personal docente y asistí a algunas de las sesiones de las diferentes terapias.

· Una de las prioridades son las mesitas (su costo no es elevado) y los yesos para corrección postural (a la larga las columnas de los niños son gravemente afectadas por malformaciones)

· Entrevisté también a los padres, y ellos contribuyen también bastante (no tanto en dinero sino con su empeño constante para el bienestar de los pequeños). Hay historias muy tristes, pero lo que me impactó es notar que la mayoría de casos se podían prevenir (madres jovencitas que no tuvieron buena asistencia durante los partos, por ejemplo).

· Les abastecí durante mi estadía con material de desarrollo sensorial (pelotitas, césped artificial, redes y lana para trabajos manuales, rompecabezas, legos, y otros).

· Me informaron que la alfalfa la tenían que comprar; haré seguimiento con Montse en cuanto al ofrecimiento de un colaborador local que se brindó a apoyarnos en este tema.

· Los padres contribuyen con un pequeño donativo para cubrir varias necesidades que el Instituto no logra abastecer con su propio presupuesto.

· Nota personal: en fin, hay mucho por hacer, para los medios que tienen el Instituto hace bastante pero todo es improvisado aunque lleno de buena voluntad! Fue conmovedor compartir con estos niños sus jornadas, sus sonrisas, sus juegos, sus deseos de afecto (muchos de ellos no se despegaron de nosotros ni un momento), y las expresiones de desconcierto de los padres que no sabían el futuro que les esperaba.

Chela.

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